Kickstarter es un sitio web de financiación en masa para proyectos creativos. Ha financiado una amplia gama de esfuerzos, que van desde películas independientes, música y cómics a periodismo, videojuegos y proyectos relacionados con la comida. Kickstarter facilita la captación de recursos monetarios del público en general, un modelo que evita muchas vías tradicionales de inversión. Los proyectos deben cumplir con las directrices de Kickstarter para ponerse en marcha – proyectos de caridad, de causas, de “financiación de vida” y recaudación de fondos sin límites fijos no están permitidos. Los dueños del proyecto eligen una fecha límite y un mínimo objetivo de fondos a recaudar. Si el objetivo elegido no es recolectado en el plazo, no se perciben fondos (esto se conoce como provision point mechanism). El dinero prometido por los donantes se recopila mediante Amazon Payments.
Kickstarter toma un 5% de los fondos recaudados; Amazon cobra un 3–5% adicional. A diferencia de muchos foros de recaudación de fondos o inversión, Kickstarter renuncia a la propiedad sobre los proyectos y el trabajo que producen. Sin embargo, los proyectos iniciados en el sitio son permanentemente archivados y accesibles al público. Después de que la financiación se ha completado, los proyectos y elementos multimedia subidos no pueden ser editados o eliminados del sitio.
Con esto en mente, mucha gente ha decidido meter sus proyectos para ser financiados a través de este interesante modelo de negocios. Sin embargo, con el tiempo los creadores del sistema han decidido poner nuevas reglas para entrar en este “juego”. Las nuevas reglas por ejemplo, prohiben la simulación. Esto significa que los creadores de proyectos no pueden sugerir lo que el producto que tienen en mente hará en el futuro. Solamente lo que un prototipo hace realmente es permitido por KickStarter. Igualmente, no se permiten imágenes renderizadas de los productos. Solamente fotos reales de los proyectos, de los prototipos que existan realmente son aceptables.
Un problema de KickStarter es que no hay garantía que los que buscan fondos hagan con ellos el uso adecuado, o que desarrollen sus proyectos. No hay nadie que pueda obligar a ello, por lo que la gente de KickStarter apela a que los que piensan donar en estos proyectos vean con seriedad la factibilidad de los mismos antes de apoyarlos. Desde luego que los que obtienen estos fondos bien podrían hacerse acreedores a juicios (sobre todo en Estados Unidos), si no cumplen con los proyectos, pues caen en la categoría de defraudación. El asunto de por sí es complejo.
Los nuevos cambios podrían ser para mejorar este esquema. Habrá que esperar qué pasa con el tiempo.
Referencia: KickStarter
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