Periodista, corredor popular y entrenador, Javier Serrrano sorprende con su séptimo libro, El manual el buen corredor (La Esfera de los Libros) porque como él mismo reconoce, “en mi época de secundaria, hacía el test de Cooper con las chicas, ese era mi nivel, y algunas me ganaban”.
Con 18 años, se obró el cambio y el niño “barrilete-bola de sebo” -así le llamaban sus amigos-, pasó a convertirse en un esbelto cisne que conseguía buenas marcas.
El autor, conocido por sus anteriores libros sobre el matrimonio y la familia (Papá, este niño también es tuyo) siempre escritos con sentido del humor, escribe en este mismo tono un libro con sencillos planes de ejercicios y anécdotas personales para acercar el mundo del atletismo al común de los mortales.
El manual del buen corredor, ¿es un libro para profesionales?
No, al contrario, es un libro para corredores populares, para la gente que disfrutamos al calzarnos unas zapatillas y salir a hacer unos kilómetros. Eso sí, dentro del mundillo popular, es un libro para todos los públicos, tanto para el principiante que sale una o dos veces por semana como para el experto que prepara maratones.
¿Es fácil pasar del footing a la maratón?
Sí. De hecho no es un paso tan complicado como algunos piensan. Lo importante de correr es que cada uno lo hagamos al nivel que nos corresponde, sin cometer locuras, sin excedernos ni buscar extremos que no podamos alcanzar. A partir de ahí, con una mínima pauta y con constancia, un corredor ocasional puede llegar a convertirse en maratoniano. Eso sí, primero deberá enfrentarse a pruebas de 10 kilómetros; después, a alguna media maratón; y finalmente, y cuando esté seguro de que está dentro de sus posibilidades, a por la maratón.
¿Qué le aporta a una persona correr todos los días además de buena forma física?
Correr es mucho más que una afición, es una forma de vida. Al principio puede costar un poco más, pero aparte de la forma física, enseguida comprobamos que nos sentimos mejor en general, en el día a día. Correr nos produce una felicidad que dura prácticamente toda la jornada, estamos de mejor ánimo, aguantamos en mejores condiciones en el trabajo, en casa... ¡Hasta sonreímos más! Con el tiempo, eso de salir a quemar zapatilla se convierte casi en una necesidad, es muy agradable la sensación de bienestar y de paz que nos produce.
¿Y qué dice a los que se aburren?
Es verdad que correr resulta más monótono que practicar otros deportes en los que entran en juego una pelotita o una portería o una canasta o una raqueta. Pero si sabemos correr correctamente resulta tan agradable, que yo no me he aburrido nunca. Bueno, casi nunca, cuando me tocaba entrenar 150 minutos en solitario a veces se me hacía un poco largo. Pero aun así, se disfruta mucho. es una actividad física que exige cierta relajación y cierta concentración, por eso no creo que resulte aburrido. De hecho, en ocasiones correr es una actividad muy íntima.
¿Recomiendas correr con música?
Eso es muy personal. Entiendo perfectamente a quien corre con música. Yo nunca lo hago porque me gusta ir pensando en mis cosas y percibir todas las sensaciones que me produce ir dando zancadas; en ese sentido, me pasa al revés, la música me desconcentra. Pero ya digo que comprendo a quienes corren con un MP3 embutido en las orejas.
¿Y acompañado?
Sí, eso es más importante. A veces uno prefiere correr solo, y hay que respetarlo, pero la pertenencia a un grupo sí ayuda mucho. En primer lugar, porque la compañía siempre es bienvenida, podemos charlar mientras corremos, y eso contribuye a hacer más llevaderos los entrenamientos. Pero es que además de la compañía, es importante rodearnos de personas que comparten afición, preocupaciones, objetivos... Vamos, que el grupo de atletismo es el único ámbito en el que nos sentimos plenamente entendidos e identificados, en cualquier otro lugar somos unos bichos raros. Lo que te decía antes, unos frikis.
¿Crees que todos llevamos un atleta dentro?
Sí, todos llevamos un atleta dentro. Correr es una actividad muy sencilla, muy propia de las personas, todos tenemos que correr de vez en cuando, aunque sea para alcanzar al autobús. Es verdad que una de las grandes dificultades es empezar a correr, y eso a todos nos cuesta. Ese sufrimiento inicial proviene de que en la mayoría de los casos, no hemos sabido empezar poco a poco, nos hemos empeñado en correr demasiados kilómetros ya el primer día. Y eso es un gran error. Si ese primer día acabas abrazado a una farola para no desplomarte y resoplando como una gaita, no tendrás ni pizca de ganas de repetir la experiencia. Lo importante esas primeras veces es acabar en buenas condiciones.
¿Alguna frustración como entrenador?
No. Cuando entrenas a la gente, las cosas se ven de otra manera. Sufro cuando veo que alguien no consigue sus objetivos y se frustra, se bloquea y se enfada (algo muy propio de los corredores). Yo pasé muchas veces por lo mismo y sufrí todo tipo de frustraciones. A veces a mí mismo me costaba soportarme, con mis neuras y mis obsesiones. A veces tenemos ese puntito neurótico... Después de más de 20 años en este mundillo, veo las cosas diferentes, con más perspectiva. porque yo pasé muchísimas veces por lo mismo, pero eso no me produce frustración, después de más de 20 años en este mundillo veo las cosas de otra manera, con más perspectiva.
¿Alguna frase de autoayuda para animar a los perezosos?
Que correr es muy fácil si sabes cómo. No hace falta ser Superman (no hay más que verme a mí, que soy una piltrafilla), es una actividad sencilla y muy agradable. Y si seguimos las pautas correctas, ni siquiera es necesario sufrir más de la cuenta, eso ya va en función de los objetivos que se marque cada uno.
Con 18 años, se obró el cambio y el niño “barrilete-bola de sebo” -así le llamaban sus amigos-, pasó a convertirse en un esbelto cisne que conseguía buenas marcas.
El autor, conocido por sus anteriores libros sobre el matrimonio y la familia (Papá, este niño también es tuyo) siempre escritos con sentido del humor, escribe en este mismo tono un libro con sencillos planes de ejercicios y anécdotas personales para acercar el mundo del atletismo al común de los mortales.
El manual del buen corredor, ¿es un libro para profesionales?
No, al contrario, es un libro para corredores populares, para la gente que disfrutamos al calzarnos unas zapatillas y salir a hacer unos kilómetros. Eso sí, dentro del mundillo popular, es un libro para todos los públicos, tanto para el principiante que sale una o dos veces por semana como para el experto que prepara maratones.
¿Es fácil pasar del footing a la maratón?
Sí. De hecho no es un paso tan complicado como algunos piensan. Lo importante de correr es que cada uno lo hagamos al nivel que nos corresponde, sin cometer locuras, sin excedernos ni buscar extremos que no podamos alcanzar. A partir de ahí, con una mínima pauta y con constancia, un corredor ocasional puede llegar a convertirse en maratoniano. Eso sí, primero deberá enfrentarse a pruebas de 10 kilómetros; después, a alguna media maratón; y finalmente, y cuando esté seguro de que está dentro de sus posibilidades, a por la maratón.
¿Qué le aporta a una persona correr todos los días además de buena forma física?
Correr es mucho más que una afición, es una forma de vida. Al principio puede costar un poco más, pero aparte de la forma física, enseguida comprobamos que nos sentimos mejor en general, en el día a día. Correr nos produce una felicidad que dura prácticamente toda la jornada, estamos de mejor ánimo, aguantamos en mejores condiciones en el trabajo, en casa... ¡Hasta sonreímos más! Con el tiempo, eso de salir a quemar zapatilla se convierte casi en una necesidad, es muy agradable la sensación de bienestar y de paz que nos produce.
¿Y qué dice a los que se aburren?
Es verdad que correr resulta más monótono que practicar otros deportes en los que entran en juego una pelotita o una portería o una canasta o una raqueta. Pero si sabemos correr correctamente resulta tan agradable, que yo no me he aburrido nunca. Bueno, casi nunca, cuando me tocaba entrenar 150 minutos en solitario a veces se me hacía un poco largo. Pero aun así, se disfruta mucho. es una actividad física que exige cierta relajación y cierta concentración, por eso no creo que resulte aburrido. De hecho, en ocasiones correr es una actividad muy íntima.
¿Recomiendas correr con música?
Eso es muy personal. Entiendo perfectamente a quien corre con música. Yo nunca lo hago porque me gusta ir pensando en mis cosas y percibir todas las sensaciones que me produce ir dando zancadas; en ese sentido, me pasa al revés, la música me desconcentra. Pero ya digo que comprendo a quienes corren con un MP3 embutido en las orejas.
¿Y acompañado?
Sí, eso es más importante. A veces uno prefiere correr solo, y hay que respetarlo, pero la pertenencia a un grupo sí ayuda mucho. En primer lugar, porque la compañía siempre es bienvenida, podemos charlar mientras corremos, y eso contribuye a hacer más llevaderos los entrenamientos. Pero es que además de la compañía, es importante rodearnos de personas que comparten afición, preocupaciones, objetivos... Vamos, que el grupo de atletismo es el único ámbito en el que nos sentimos plenamente entendidos e identificados, en cualquier otro lugar somos unos bichos raros. Lo que te decía antes, unos frikis.
¿Crees que todos llevamos un atleta dentro?
Sí, todos llevamos un atleta dentro. Correr es una actividad muy sencilla, muy propia de las personas, todos tenemos que correr de vez en cuando, aunque sea para alcanzar al autobús. Es verdad que una de las grandes dificultades es empezar a correr, y eso a todos nos cuesta. Ese sufrimiento inicial proviene de que en la mayoría de los casos, no hemos sabido empezar poco a poco, nos hemos empeñado en correr demasiados kilómetros ya el primer día. Y eso es un gran error. Si ese primer día acabas abrazado a una farola para no desplomarte y resoplando como una gaita, no tendrás ni pizca de ganas de repetir la experiencia. Lo importante esas primeras veces es acabar en buenas condiciones.
¿Alguna frustración como entrenador?
No. Cuando entrenas a la gente, las cosas se ven de otra manera. Sufro cuando veo que alguien no consigue sus objetivos y se frustra, se bloquea y se enfada (algo muy propio de los corredores). Yo pasé muchas veces por lo mismo y sufrí todo tipo de frustraciones. A veces a mí mismo me costaba soportarme, con mis neuras y mis obsesiones. A veces tenemos ese puntito neurótico... Después de más de 20 años en este mundillo, veo las cosas diferentes, con más perspectiva. porque yo pasé muchísimas veces por lo mismo, pero eso no me produce frustración, después de más de 20 años en este mundillo veo las cosas de otra manera, con más perspectiva.
¿Alguna frase de autoayuda para animar a los perezosos?
Que correr es muy fácil si sabes cómo. No hace falta ser Superman (no hay más que verme a mí, que soy una piltrafilla), es una actividad sencilla y muy agradable. Y si seguimos las pautas correctas, ni siquiera es necesario sufrir más de la cuenta, eso ya va en función de los objetivos que se marque cada uno.
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