Es bien sabido que muchos de los relatos popularizados por los dibujos de la Disney eran, en realidad, bastante más siniestros de lo que la productora los presentaba: a Caperucita, por ejemplo, se la comía el lobo y no había leñador que le salvara, y la Bella Durmiente era violada mientras dormía. Es comprensible que, siempre pensando en la taquilla, se optase por dar un final menos truculento a aquellos cuentos de hadas.
Sin embargo, parece que el fotógrafo Thomas Czarnecki ha querido capturar ese pesimismo en esta serie de fotos, donde insinúa como las princesitas de los cuentos infantilesterminaron sus andanzas de manera muy turbia. Blancanieves, Ariel o Pocahontastuvieron destinos bien diferentes a los insinuados en aquellas películas.
Fíjemse en Alicia, muy lejos del país de las maravillas, secuestrada en algún rincón perdido de los Balcanes y con el pobre conejo blanco muerto a sus pies.
La bella durmiente terminó rodando porno del más sucio para alguna productora alemana, muy lejos del glamour de las estrellas americanas. Desaparecida hoy día, hay quién afirma que acabó sus días en una película snuff…
El final de Cenicienta es aún más trágico, si bien fortuito: corrió demasiado para volver a casa a tiempo, tropezó y… No es buena idea bajar escaleras a toda prisa cuando vienes medio borracha de un fiestón.
El cazador nunca llegó a tiempo para salvar a Caperucita, que sufrió una emboscada del lobo, poco interesado en los contenidos de la cestita. Por otro lado, mira que ir por el bosque con tacones…
Bella descubrió que si a su novio le llaman “La Bestia” no era
sólo por su aspecto, sino por su fogosidad en la cama. ¿A quién se le ocurre enamorarse de un jabalí, criatura de Dios?
A La Sirenita no tenemos claro que le ha pasado… ¿Quizá se ahogó tras perder la capacidad de respirar bajo el agua?
Pocahontas, con su amor por la naturaleza, acabó como otro trofeo más de un cazador americano. Allí se quedará a admirar para siempre a algunos de sus animalitos disecados. No habrá más “colores en el viento” para ella.
El último deseo que pidió Jasmine… fue en verdad su última voluntad. La lámpara no cumplía las medidas de seguridad exigidas por la UE, y el gas que desprendía resultó ser altamente letal.
El dulce príncipe de Blancanieves tenía unas intenciones más turbias y la esperó en un garaje. O quizá fue la bruja, que necesitaba un lugar solitario donde ejecutar su venganza.
Estupendo el trabajo de Czarnecki. Si les ha parecido un poquito bestia esta forma de interpretar los finales de cuento, siempre pueden acudir a cómics como Fábulas o series como Grimm o Once Upon A Time, donde pueden comprobar otras posibles continuaciones de estos cuentos, mucho menos traumáticas que estas fotos… o que las historias originales.
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