Así titula Fernando Lázaro su nota publicada en el diario El Mundo de España que continúa de la siguiente manera:
El entorno de ETA ha reaccionado a la muerte de Hugo Chávez emprendiendo una ofensiva diplomática en Venezuela para tratar de influir en cargos políticos y empresarios cercanos al nuevo presidente y candidato a la sucesión, Nicolás Maduro, con el fin de perpetuar la protección del régimen bolivariano, un auténtico oasis caribeño donde permanecen prófugos de la Justicia al menos unos 30 etarras.
Venezuela ha sido uno de los últimos paraísos para la banda terrorista y para sus organizaciones satélite de la izquierda abertzale; uno de esos lugares donde se sienten seguros y donde siempre encuentran respaldo para sus iniciativas políticas y propagandísticas.
Los radicales están tratando de blindar esa situación y han puesto en marcha maniobras internacionales en los centros donde encuentran asideros a su discurso, con el fin de que el cambio de presidente no suponga una pérdida de su actual estatus de privilegio.
Las organizaciones de la izquierda abertzale no creen que vaya a variar mucho su cómoda situación pero, por si se produce algún imprevisto, han activado su aparato diplomático. De hecho, el contacto con Nicolás Maduro no era igual de solvente que el que tenían con Chávez, según explicaron fuentes cercanas al entorno radical.
Los radicales
Los analistas lo tienen claro: la izquierda radical teme que se produzca un cambio político en Venezuela tras la muerte de Chávez que pueda dar al traste con las especiales relaciones que hasta ahora ha mantenido con ese régimen. Y el posible cambio podría afectar al colectivo de miembros de la organización terrorista que se refugia allí. Las estimaciones policiales apuntan que en aquel país se encuentra más de una treintena de miembros de ETA prófugos de la Justicia.
El vínculo que ha logrado el entorno de la banda con el empresariado venezolano cercano al poder ha provocado incluso que se esté produciendo un hecho curioso: los inversores vascos que pretenden entrar en Venezuela buscan el apoyo de la izquierda abertzale, que está sustituyendo la actuación de las instituciones diplomáticas y del comercio exterior españolas.
Así, la izquierda abertzale está haciendo “un gran esfuerzo” para mantener e incluso intensificar sus relaciones con el régimen chavista y trata de potenciar sus vínculos con dirigentes e instituciones de Venezuela.
Los radicales quieren rentabilizar la situación iniciada tras el alto el fuego de ETA y explotar el argumento de que la banda ha dado el paso y ya no está por la violencia, especialmente en aquellos países, como es Venezuela, donde existe mayor afinidad ideológica.
Según explicaron las mismas fuentes, el pasado mes de febrero representantes de las organizaciones afines a ETA viajaron a Venezuela y mantuvieron contactos con todo aquel que tuviera cierto nivel político y al que pudieran acceder. También lo hicieron en el mundo empresarial y el cultural (singularmente, con profesores y responsables universitarios).
Entre los políticos con los que los representantes abertzales lograron reunirse está Vladimir Castillo, asesor personal deBlanca Eekhout, vicepresidenta segunda del Parlamento venezolano. Inicialmente, iba a asistir a la cita también ella pero no pudo acudir por “problemas de agenda”. No habría sido, en todo caso, su primer encuentro con la izquierda radical.
Los comisionados del entorno de ETA también se encontraron en febrero, en ese mismo viaje, con Amílcar Figueroa, antiguo guerrillero, ahora diputado y ex presidente del Parlamento Latinoamericano (Parlatino). Éste les trasladó su “preocupación” porque el nuevo Ejecutivo de Maduro trate de avanzar hacia posiciones más “socialdemócratas”. Incluso les avanzó que es un político más partidario de la “vía brasileña”.
Publicado en El Mundo
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