La escritora y terapeuta estadounidense, Terri Trespicio, cree que hay palabras que deberíamos suprimir de nuestro vocabulario.
No se trata de groserías o insultos, sino de conceptos que usamos habitualmente, pero que no deberíamos pronunciar porque son negativas para nuestro autoestima o simplemente inapropiadas para describir ciertas situaciones.
Para que sepas a qué nos referimos, te dejamos con 4 palabras de las que podríamos prescindir, según la especialista y columnista de Whole Living.
1. Debería
Esta palabra es un saboteador instantáneo de energía -dice la autora- porque huele a culpa, arrepentimiento e impotencia. Si sientes que “debes” hacer algo, probablemente es porque no quieres hacerlo, pero lo harás de todos modos, aunque sea a regañadientes. Y eso quiere decir que estás actuando en contra de tus intereses y deseos, además de ser muy probable que no vivas la vida que anhelas.
En su libro “Cada palabra tiene poder”, la hipnoterapeuta Yvonne Oswald sugiere eliminar además “tener que” y “podría”, porque estos conceptos no sólo implican obligación, sino que también resentimiento.
En lugar de decir “tengo que hacer mi trabajo ahora”, Oswald recomienda retomar el control pensando “Estoy listo para hacer mi trabajo ahora”.
2. Lindo/a
Si bien usamos esta palabra en varias ocasiones, es un comentario evasivo, ambiguo, vago, que no describe mayormente, según la autora. Por ejemplo, la utilizas para describir una casa, una mascota, un hombre, una mujer, un bebé o un objeto.
Lo mejor, dice ella, es ser específico y decir que él es una buena persona o que la casa es amplia y confortable, por ejemplo.
3. Exitoso/a
Solemos usar esta palabra para describir los logros de otras personas, señala Trespicio, dejando entrever una sutil autocrítica: “Él es mejor que yo”. A través de esta “ilusión” interpretamos el mundo y los logros de los otros como algo más real y digno que los nuestros.
Como cuesta trabajo percibir el éxito en nosotros mismos, la experta propone pensar en que alguien en algún lugar usa este término para referirse a lo maravillosos o talentosos que somos. Así que no te apresures en calificar a todos de exitosos, menos a ti.
4. Nunca
La autora indica que esta palabra es como “un arma de doble filo”. Por un lado, tiene una forma insidiosa de convertirse en una predicción cuando decimos que “nunca” haremos algo, y por otro, fácilmente la trasladamos de un hecho presente a una especie de predicción negativa del futuro. Por ejemplo, es fácil que una frase como “no tengo suficiente dinero para ir a comer” se convierta en “Nunca voy a ganar suficiente dinero para hacer lo que quiero”; o al tener una desilusión amorosa, expresamos “Nunca voy a encontrar a la persona correcta”.
Algunos creen que este modo de pensar se convierte en una especie de profecía auto-cumplida. Pero la otra cara de la moneda, muestra que cuando la usas como criterio “yo nunca haría algo así”, en el futuro pareciera que la misma palabra se encarga de demostrarte que te equivocas. Ten cuidado, porque los términos que implican una declaración “absoluta” pueden llevarte al error. (Bio Bio)
Grupo EcuaLink - Copyright 2012.
Comentarios
Publicar un comentario