Hoy, en la mayoría de hogares españoles cuentan con diferentes dispositivos para conectarse a Internet. La llegada de ‘smartphones’, consolas, y tabletas ha hecho que el usuario necesite una buena La señal wifi en muchos más lugares del domicilio. Por lo tanto, antes de decidir dónde se pondrá el router que dará la señal wifi, se debe atender a la estructura de la vivienda, pero no solo a su geometría, sino también a la distribución de muros de carga, decoración y funcionalidad de cada habitación. También es importante pensar en qué lugares se usarán los dispositivos conectados con mayor frecuencia. Todos estos parámetros, según señalan en Consumer, ayudarán a decidir la situación del router.
En 20minutos.es explican que lo idóneo sería tener una casa cuadrada o circular para situar el foco emisor en su centro, pero esto no siempre ocurre. En España son comunes las viviendas con dos polos habitados: uno que da la calle y donde está el salón, y otro que se orienta a un patio interior y que es donde se ubican el despacho y los dormitorios. Muchas veces esta estructura está separada por un pasillo a lo largo del cual se distribuyen los baños y la cocina. Este tipo de estructura complica el reparto óptimo de la señal, ya que es muy posible que si se coloca el router en el despacho, donde se tiene un ordenador, el wifi no llegue al salón. Y lo mismo ocurre si se habita en un dúplex: si el router está en el piso superior, la señal será débil en el inferior y viceversa.
No se debe pensar que porque se tenga un gran ancho de banda la señal llegará mejor. Puede que en las zonas donde sea débil dé un ancho de banda razonable, pero será inestable. Para casos así hay soluciones técnicas, como potenciadores de señal o dispositivos PLC, que trasmiten el wifi por los cables eléctricos; ambas alternativas cuestan dinero y tienen una eficacia relativa, aunque pueden sacar de un apuro.
Una alternativa imaginativa es situar el router a medio camino en el pasillo, sobre una pequeña mesilla si queda ancho para pasar o, mejor, en un altillo que se construya en la parte alta de la pared. Es lo que podemos llamar una zona de consenso.
Esta solución requiere ingenio y bricolaje, pues es poco estética e implica tirar un cable de teléfono a lo largo del pasillo desde la roseta de conexión, pero asegurará tener wifi en toda la casa. Es importante, sin embargo, que haya un enchufe cerca y que el router no quede muy próximo a la cocina, que es un foco emisor de ondas electromagnéticas que interferirán la señal.
En el caso de los dúplex, la mejor alternativa es colocar el router en el suelo de la planta superior y cerca de la escalera que conecta ambos niveles. Aun así habrá que asumir que las zonas más alejadas de la escalera en el piso inferior apenas recibirán señal, mientras que en el superior se distribuirá mucho mejor.
Se debe situar el router lo más alto posibleSe puede comprobar cómo se distribuye la señal wifi por la casa con un sencillo experimento. El usuario toma una tableta o un portátil y accede a un portal web que mida la velocidad de Internet (para tabletas y ‘smartphones existen diferentes aplicaciones que cumplen esta función). A continuación, se mueve por las distintas áreas y habitaciones y ejecuta el programa de medición. De esta manera, tiene un mapa mental de cuáles son las zonas con mejor y peor señal. Con este sistema también se ve que la distribución de la señal no es homogénea. ¿Por qué? La razón son los obstáculos que puede encontrar la red wifi al extenderse. Por obstáculo se entiende los impedimentos físicos que frenan su expansión: paredes gruesas, muebles densos de madera y, sobre todo, metálicos, como es el caso de los electrodomésticos; en este sentido, la cocina es una gran enemiga del wifi. Los muros y la madera frenan la señal, pero los metales la rebotan mediante la creación de distorsiones y lo que se conoce como ruido: zonas donde la señal se hace muy inestable.
Para sortear estos obstáculos, se debe situar el router lo más alto posible y alejado de la cocina. Puede parecer poco estético un aparato en lo más alto de una estantería, pero es el lugar más idóneo para que reparta la señal. Además de sortear los muebles, permite un mayor ángulo de emisión útil. Se entiende por emisión útil la porción de señal que va dirigida a las zonas donde se necesita.
La señal wifi es esférica, por lo que si se sitúa el foco emisor en un lugar bajo, buena parte irá a las zonas altas, donde el usuario no está. Desde arriba, el wifi barre las zonas inferiores, que son las habitadas, y por tanto aumenta su emisión útil.
Los escapes de señal
Los escapes son las zonas de la casa donde la señal puede ir hacia la calle con mayor facilidad.
Si se sitúa un router frente a una ventana se puede perder la mitad de la emisión útil, que se irá por el cristal. Además, es un foco de entrada de otras señales del exterior que interferirán la emisión.
Lo mismo sucede con los tabiques que separan dos pisos, a no ser que se tenga un acuerdo con el vecino para compartir wifi. Del mismo modo que un muro grueso atenúa mucho la señal, una pared puede dejarla escapar con facilidad. Es mejor alejar el router de estos lugares y buscar los más centrales de la casa.
En 20minutos.es explican que lo idóneo sería tener una casa cuadrada o circular para situar el foco emisor en su centro, pero esto no siempre ocurre. En España son comunes las viviendas con dos polos habitados: uno que da la calle y donde está el salón, y otro que se orienta a un patio interior y que es donde se ubican el despacho y los dormitorios. Muchas veces esta estructura está separada por un pasillo a lo largo del cual se distribuyen los baños y la cocina. Este tipo de estructura complica el reparto óptimo de la señal, ya que es muy posible que si se coloca el router en el despacho, donde se tiene un ordenador, el wifi no llegue al salón. Y lo mismo ocurre si se habita en un dúplex: si el router está en el piso superior, la señal será débil en el inferior y viceversa.
No se debe pensar que porque se tenga un gran ancho de banda la señal llegará mejor. Puede que en las zonas donde sea débil dé un ancho de banda razonable, pero será inestable. Para casos así hay soluciones técnicas, como potenciadores de señal o dispositivos PLC, que trasmiten el wifi por los cables eléctricos; ambas alternativas cuestan dinero y tienen una eficacia relativa, aunque pueden sacar de un apuro.
Una alternativa imaginativa es situar el router a medio camino en el pasillo, sobre una pequeña mesilla si queda ancho para pasar o, mejor, en un altillo que se construya en la parte alta de la pared. Es lo que podemos llamar una zona de consenso.
Esta solución requiere ingenio y bricolaje, pues es poco estética e implica tirar un cable de teléfono a lo largo del pasillo desde la roseta de conexión, pero asegurará tener wifi en toda la casa. Es importante, sin embargo, que haya un enchufe cerca y que el router no quede muy próximo a la cocina, que es un foco emisor de ondas electromagnéticas que interferirán la señal.
En el caso de los dúplex, la mejor alternativa es colocar el router en el suelo de la planta superior y cerca de la escalera que conecta ambos niveles. Aun así habrá que asumir que las zonas más alejadas de la escalera en el piso inferior apenas recibirán señal, mientras que en el superior se distribuirá mucho mejor.
Se debe situar el router lo más alto posibleSe puede comprobar cómo se distribuye la señal wifi por la casa con un sencillo experimento. El usuario toma una tableta o un portátil y accede a un portal web que mida la velocidad de Internet (para tabletas y ‘smartphones existen diferentes aplicaciones que cumplen esta función). A continuación, se mueve por las distintas áreas y habitaciones y ejecuta el programa de medición. De esta manera, tiene un mapa mental de cuáles son las zonas con mejor y peor señal. Con este sistema también se ve que la distribución de la señal no es homogénea. ¿Por qué? La razón son los obstáculos que puede encontrar la red wifi al extenderse. Por obstáculo se entiende los impedimentos físicos que frenan su expansión: paredes gruesas, muebles densos de madera y, sobre todo, metálicos, como es el caso de los electrodomésticos; en este sentido, la cocina es una gran enemiga del wifi. Los muros y la madera frenan la señal, pero los metales la rebotan mediante la creación de distorsiones y lo que se conoce como ruido: zonas donde la señal se hace muy inestable.
Para sortear estos obstáculos, se debe situar el router lo más alto posible y alejado de la cocina. Puede parecer poco estético un aparato en lo más alto de una estantería, pero es el lugar más idóneo para que reparta la señal. Además de sortear los muebles, permite un mayor ángulo de emisión útil. Se entiende por emisión útil la porción de señal que va dirigida a las zonas donde se necesita.
La señal wifi es esférica, por lo que si se sitúa el foco emisor en un lugar bajo, buena parte irá a las zonas altas, donde el usuario no está. Desde arriba, el wifi barre las zonas inferiores, que son las habitadas, y por tanto aumenta su emisión útil.
Los escapes de señal
Los escapes son las zonas de la casa donde la señal puede ir hacia la calle con mayor facilidad.
Si se sitúa un router frente a una ventana se puede perder la mitad de la emisión útil, que se irá por el cristal. Además, es un foco de entrada de otras señales del exterior que interferirán la emisión.
Lo mismo sucede con los tabiques que separan dos pisos, a no ser que se tenga un acuerdo con el vecino para compartir wifi. Del mismo modo que un muro grueso atenúa mucho la señal, una pared puede dejarla escapar con facilidad. Es mejor alejar el router de estos lugares y buscar los más centrales de la casa.
Comentarios
Publicar un comentario