
Cuando Sofie Peeters anda por las calles de Burselas, lo hombres la piropean, la persiguen, y la llamán con palabrotas e incluso llegan a preguntarles cuánto costaría pasar una noche con ella. Peeters es una estudiantes de cine normal y corriente que harta de este tipo de situaciones se armó con una cámara de vídeo oculta y comenzó a grabar su camino habitual por las calles de la ciudad. Si llegaba a enfretarse con los hombres que le gritaban, ellos le decía que se callara y que continuara andando, «deberías estarnos agradecidos por hacerte sentir una mujer». Para esta joven estudiante la únic...
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