Desde hace tiempo, el sueño de algunas mujeres es tener los senos grandes; de ahí que recurren a cirugías estéticas con el fin de hacerlos a la medida que más les guste. Sin embargo, ellas no saben que el hecho de tener el busto pequeño puede ser un buen signo, pues el riesgo que tienen de desarrollar cáncer de mama es menor.
de10.com.mx
De acuerdo con la BBC, desde hace tiempo se realizan estudios para saber qué relación tiene precisamente el cáncer de mama con el tamaño de éstas. Se conocía que factores morfológicos de los senos se relacionan con la enfermedad, que el tamaño se puede heredar, pero apenas se ha confirmado que el tamaño y el cáncer de mama sí se relacionan: entre más grandes los senos, más posibilidades de enfermar.
La empresa de genética “23andMe” fue la que encontró variaciones genéticas que están vinculadas al tamaño de las mamas. Lo hizo por medio de un estudio donde se registró el tamaño del brassier que utilizaban 16 mil 175 mujeres de origen europeo para comparar los datos con diferentes tipos de mutaciones genéticas.
Tomaron en cuenta la edad, los antecedentes genéticos, las cirugías de senos, el historial de amamantamiento y embarazos, y encontraron siete variaciones o polimorfismos de un sólo nucleótido (SNP), vinculadas al tamaño de los senos; tres de ellas directamente relacionadas con el cáncer de mama, explica actualidad.rt.com.
“Los resultados de este estudio muestran que algunas de las mismas vías genéticas subyacen tanto en el crecimiento normal de los senos como en el cáncer de mama”, dijo el doctor Nicholas Eriksson, quien dirigió el estudio.
El estrógeno parece ser la principal causa, pues “una de las variaciones de SNP regula la expresión del gen receptor de estrógeno que juega un papel vital en el crecimiento de las glándulas mamarias y en la mayoría de los casos de cáncer de mamá”. Una mutación más se encuentra en la región del genoma que muestra anormalidades en las personas con un subtipo de cáncer de mama.
El descubrimiento resulta sorprendente porque el cáncer es, precisamente, un crecimiento descontrolado. Las mujeres jóvenes con senos grandes son quienes deben preocuparse un poco más, pues es en ellas en donde se ve un ligero incremento en el riesgo de cáncer.
Aún con estos nuevos conocimientos, la relación entre el tamaño del busto y el cáncer “es complicado”, dice Eriksson, pero eso no quita que la medida y el riesgo están vinculados.
“Aunque estos resultados no apoyan directamente una relación epidemiológica entre el tamaño de los senos y el cáncer, este estudio contribuye a un mejor entendimiento entre la sutil interacción entre la morfología de los senos y el riesgo de cáncer de mama” concluye el doctor Eriksson.
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De acuerdo con la BBC, desde hace tiempo se realizan estudios para saber qué relación tiene precisamente el cáncer de mama con el tamaño de éstas. Se conocía que factores morfológicos de los senos se relacionan con la enfermedad, que el tamaño se puede heredar, pero apenas se ha confirmado que el tamaño y el cáncer de mama sí se relacionan: entre más grandes los senos, más posibilidades de enfermar.
La empresa de genética “23andMe” fue la que encontró variaciones genéticas que están vinculadas al tamaño de las mamas. Lo hizo por medio de un estudio donde se registró el tamaño del brassier que utilizaban 16 mil 175 mujeres de origen europeo para comparar los datos con diferentes tipos de mutaciones genéticas.
Tomaron en cuenta la edad, los antecedentes genéticos, las cirugías de senos, el historial de amamantamiento y embarazos, y encontraron siete variaciones o polimorfismos de un sólo nucleótido (SNP), vinculadas al tamaño de los senos; tres de ellas directamente relacionadas con el cáncer de mama, explica actualidad.rt.com.
“Los resultados de este estudio muestran que algunas de las mismas vías genéticas subyacen tanto en el crecimiento normal de los senos como en el cáncer de mama”, dijo el doctor Nicholas Eriksson, quien dirigió el estudio.
El estrógeno parece ser la principal causa, pues “una de las variaciones de SNP regula la expresión del gen receptor de estrógeno que juega un papel vital en el crecimiento de las glándulas mamarias y en la mayoría de los casos de cáncer de mamá”. Una mutación más se encuentra en la región del genoma que muestra anormalidades en las personas con un subtipo de cáncer de mama.
El descubrimiento resulta sorprendente porque el cáncer es, precisamente, un crecimiento descontrolado. Las mujeres jóvenes con senos grandes son quienes deben preocuparse un poco más, pues es en ellas en donde se ve un ligero incremento en el riesgo de cáncer.
Aún con estos nuevos conocimientos, la relación entre el tamaño del busto y el cáncer “es complicado”, dice Eriksson, pero eso no quita que la medida y el riesgo están vinculados.
“Aunque estos resultados no apoyan directamente una relación epidemiológica entre el tamaño de los senos y el cáncer, este estudio contribuye a un mejor entendimiento entre la sutil interacción entre la morfología de los senos y el riesgo de cáncer de mama” concluye el doctor Eriksson.
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